Las guindillas de Ibarra son las piparras que cambian el juego: nada de picante, pero sí todo el sabor y la textura que engancha. Con su piel fina y carne tierna, son perfectas para picar solas y dejar que explote su frescura en tu boca. ¿Quieres subir de nivel? Hazte tu propia gilda en casa, la versión más canalla del clásico vasco. Y si eres de los que ama los platos de cuchara, no dudes en añadirlas para darle ese toque ácido y suave que transforma cualquier guiso en algo memorable. ¿Quién dijo que las piparras eran solo para los valientes? Estas son para todos.
